La moda de la LFW, desde siempre eje de investigación y experimentación, ha traído a las pasarelas una mezcla de estilos: el street urban, el folk renovado, los años 80 y 90, el deportivo de alta costura y una buena dosis de romanticismo vanguardista, que nunca empalaga.
Simone Rocha / Arlington / Osman
Prueba de ello es la colección de Bora Aksu inspirada en una princesa heroína que, a pesar de su espíritu fuerte y rebelde, se viste con encajes y volantes de tonos pastel.
Matices caramelo también en los vestidos de Molly Goddard, que parecen flotar a pesar de las capas y capas de tul fruncido y abullonado, que resulta del perfeccionamiento de nuevas técnicas de corte y superposición.
El uso de las capas también se utiliza para crear efectos de contrastes de colores, como el sumamente sofisticado look blanco y negro de Erdem, donde el romanticismo del tul y del encaje con bordado inglés se ve atenuado por la combinación de una chaqueta con bordado efecto tachuelas tonto sobre tono.
Bora Aksu / Molly Goddard / Erdem
Los vestidos de noche brillantes en tonos metálicos (empezando por Michael Halpern) se alternan con colores ácidos y fluorescentes, muy apreciados en la temporada estival.
Halpern / Arlington / Halpern / Roksanda
Las líneas ajustadas dejan paso a la sastrería oversize en chaquetas de doble botonadura que se llevan con pantalones de corte masculino o vestidos de formas fluidas. Es una moda que juega con los contrastes: opulencia y sencillez, fluidez y estructura, ropa de día y demi-couture. Irreverente y clásica al mismo tiempo.
David Koma / Roland Mouret / Sharon Wauchob / Victoria Beckham
Por Elisa Nascimbene, para Valmont Barcelona Bridal Fashion Week