Japón es un mercado de gran interés para empresarios de todos los sectores, pero su cultura y su arraigada tradición hacen que entrar en su sistema de consumo no sea fácil. Sin embargo, el mundo bridal tiene muchas oportunidades de expansión, dada la tendencia entre las mujeres japonesas a tomar como referencia la moda nupcial occidental.
Hábitos de compra
Las futuras novias japonesas tienen unos hábitos de compra muy condicionados por el venue escogido para la celebración, ya que la elección del estilo del vestido dependerá del tipo de espacio. Además, su elección también estará limitada a las tiendas que formen parte de la empresa contratada, si no desean pagar una penalización.

Teniendo este factor en cuenta, la búsqueda del vestido suele iniciarse con una antelación inferior al año. Un 50% de las novias inician el proceso entre 6 y 4 meses antes del día del enlace. Según el ICEX, uno de los momentos preferidos por los japoneses para casarse es la primavera, época predilecta para el 28,7% de las parejas. Esto se debe tanto a la climatología como a las connotaciones culturales que dicha época del año les aporta (temporada del Sakura en abril, la Golden Week en mayo y la June Bride en junio).
La elección del estilo del vestido dependerá del tipo de espacio y de las tiendas que formen parte de la empresa contratada, si no desean pagar una penalización.
Tendencias al alza
Uno de los estilos preferidos por las novias japonesas son los vestidos silueta A y corte princesa, aunque también empiezan a tener interés por otros patrones como el imperio, el sirena o el tipo columna. La mayoría visten dos diseños diferentes el día de su boda: el primero suele ser blanco, mientras que para el segundo prefieren un vestido de color que suele ser voluminoso y de color pastel. Incluso en algún caso, las tiendas llegan a solicitar a la marca la posibilidad de teñir algún vestido blanco, ya que estos modelos se ajustan más a los deseos de las novias.
Las firmas occidentales tienen muy buena acogida entre las novias japonesas, aunque es necesario adaptarlos, porque prefieren transparencias, aberturas y escotes menos pronunciados que los que lucen las novias europeas y americanas.

En cuanto a firmas de referencia es importante saber que, aunque Yumi Katsura está consolidada como, quizá, la marca más reconocida a nivel nacional, las marcas internacionales tienen un importante peso específico en el sector bridal. Algunas de las firmas con mayor presencia son: Antonio Riva, Carolina Herrera, Peter Langner, Pronovias, Rosa Clará, Marchesa, Oscar de la Renta, Reem Acra, David Fielden, Monique Lhuillier, Angel Sanchez, Yolancris, Jenny Packham, Temperley London, Caroline Castigliano y Elisabetta Polignano. Respecto a marcas que empiezan a tener presencia en algunas tiendas japonesas, destacamos Sophie et Volià, Claire Pettibone, Ersa Atelier, Marco & María, Hayley Paige, Cortana y Tot-Hom.
Algunos de los estilos preferidos por las novias japonesas son los vestidos silueta A y corte princesa, aunque también empiezan a tener interés por otros patrones como el imperio, el sirena o el tipo columna.
En las bodas japonesas, las novias llevan puesto el vestido solamente dos o cuatro horas, en función de si han escogido uno o dos modelos. Sus ceremonias son más breves que en los países occidentales y más tranquilas -permanecen sentados durante todo el evento-, motivo por el cual el buen estado del vestido está garantizado. Las novias prestan especial atención a este punto dado que en la mayoría de los casos el vestido es de alquiler y se han comprometido a devolverlo en perfectas condiciones.
El futuro del kimono
Por lo que respecta al kimono, cada vez son menos las mujeres que deciden vestir este traje tradicional que durante tantos siglos ha sido protagonista absoluto de las bodas en cualquiera de sus variaciones: irouchikake, shiromuku o kurohiki. Suelen elegirlo las novias que celebran su boda en un santuario aunque, de todas maneras, para el banquete opten por un vestido de color blanco y corte occidental. Hoy en día, lo habitual es utilizar el kimono para hacerse las fotos antes del evento. Para la ocasión, las novias vestirán el traje tradicional, y el peinado y maquillaje que marca la tradición.

Suelen elegir un kimono las novias que celebran su boda en un santuario aunque, para el banquete opten por un vestido de color blanco y corte occidental.

La elección de incorporar el kimono a la ceremonia tiene su razón de ser en mantener las tradiciones y no en creencias religiosas. El aspecto religioso en Japón está perfectamente resuelto por lo que respecta a la celebración de la ceremonia. Aunque encontramos variedad de religiones en el país -un 47% de ciudadanos budistas versus un 47,4% de sintoístas según un estudio de 2016 de la AACJ-, al organizar el enlace este no es un factor determinante, ya que las Guest House donde se celebran los banquetes cuentan habitualmente con capillas y altares polivalentes para que miembros de todas las religiones puedan organizar el evento siguiendo su creencia.

Conclusiones
Las firmas occidentales gozan de muy buena acogida en el sector bridal. A pesar de la importancia de la tradición en las bodas, uno de los dos vestidos que acostumbra a utilizar la novia japonesa en la celebración, acostumbra a ser blanco y de corte occidental.